jueves, 15 de enero de 2009

Verdugo



Verdugo

Cuentan las crónicas que un verdugo de la Revolución Francesa pedía a sus condenados que, si seguían conscientes (y es de suponer que algo doloridos) una vez decapitados, le hicieran el favor de, en caso de poder, parpadearle.

Y cuentan las crónicas que fueron varias las cabezas que parpadearon durante unos 30 segundos.

De lo que se puede sacar dos incuestionables conclusiones: que debe doler lo suyo que te corten la cabeza (aunque sean sólo unos cuantos segundos), y lo que es más importante: que hasta en las peores situaciones hay gente amable a la que no le importa echarte una mano... sobre todo si les pides las cosas por favor. No deberíamos perder la fe en la humanidad. Nunca

No hay comentarios:

Publicar un comentario